Todas las Noticias de Colo Colo Todas las Noticias de Universidad de Chile Todas las Noticias de Deportes Iquique Todas las Noticias de Palestino Todas las Noticias de Universidad Catolica Todas las Noticias de Unión Española Todas las Noticias de Everton Todas las Noticias de Coquimbo Unido Todas las Noticias de Ñublense Todas las Noticias de Audax Italiano Todas las Noticias de Unión La Calera Todas las Noticias de Huachipato Todas las Noticias de Cobresal Todas las Noticias de O'Higgins Todas las Noticias de Cobreloa Todas las Noticias de Copiapó

La columna de Rodrigo Goldberg: Duelo táctico conocido

El comentarista de Al Aire Libre anticipa la final del Mundial de Rusia 2018.

Foto: EFE La columna de Rodrigo Goldberg: Duelo táctico conocido
Llévatelo:

Por Rodrigo Goldberg, @Polaco_Goldberg

"David y Goliat" o "el favorito contra la sorpresa" serán probablemente los titulares del día domingo previo a la final del Mundial. Desconocerlo sería inútil.

Pocas veces se da que una final, de lo que sea, llega con ciertas verdades instaladas. Un favorito como Francia frente a una selección sorpresa como Croacia. Como si fuera poco, ambas con organizaciones de juego muy diferentes.

Pero lo que para muchos es sorpresa (la llegada de Croacia a la final) para otros es simplemente la consecuencia de un trabajo y, especialmente, proyección de un proceso previo. No es casualidad que la mayoría de los futbolistas croatas juegan en las cinco mejores ligas del mundo. Salvo Domagoj Vida, quien juega en Turquía, todo el resto se reparte entre España, Italia, Alemania, Inglaterra y la misma Francia.

Esto le ha permitido a Croacia crear una fortaleza táctica y anímica. No depende de la genialidad de un nombre para resolver un partido. No tiene un Mbappé, pero cuenta con un circuito de gran dinámica al cual cuesta controlar.

En esa dinámica Francia cuenta con futbolistas de mayor calidad individual, Croacia lo sabe y relega el protagonismo de los nombres para entregarse al juego colectivo. Por eso no es extraño ver a Mandzukic despejando balones desde atrás o al mismo Perisic metiéndose como volante defensivo. Ese reconocimiento le otorga quizás su gran ventaja.

Y si bien Croacia llega con un mayor desgaste (tres alargues que equivalen a 90 minutos) y un día menos de descanso, el equipo de Dalic ha ido creciendo en los últimos partidos, principalmente tomando mejores decisiones.

Los balcánicos juegan con el clásico 4-2-3-1 con algunas particularidades. Los centrales son muy fijos y solo cubren a sus laterales en caso de extrema emergencia, de lo contrario no salen del ancho del área. Esto podría variar el domingo considerando que Francia arranca desde muy atrás y busca encajonar a Oliver Giroud entre los centrales.

Y ahí precisamente radica la segunda particularidad. No usa un delantero fijo. En la papeleta aparece Mandzukic, pero la realidad dicta que son muchos los que terminan como definidor. Desde el impecable Modric hasta Rebic. Esa variación podría ser el punto a favor de Croacia, considerando que los centrales franceses, muy buenos en el mano a mano, buscan referencias de marca. Necesitan marcar a alguien para sentir que controla el partido.

Entre tanta maravilla por cierto hay defectos. Reconocidos y, lo peor, conocidos por el rival. Croacia carece muchas veces de contundencia ofensiva. Es una selección que necesita de muchas oportunidades para poder marcar. Y otro punto. La génesis de las llegadas se produce en el último cuarto de cancha. ¿Por qué es tan importante? Porque Francia es una selección que agrupa mucha gente atrás. Y lo hace por una razón muy sencilla. Necesita muchos metros para desequilibrar en velocidad. Mbappe, Kante y Griezmann son impredecibles en velocidad lanzada y con espacios abiertos. Cuando se les comprime se les complica, como le pasó un primer tiempo con Bélgica.

El duelo táctico ya está instalado. Y la portada del lunes ya está escrita.