Todas las Noticias de Colo Colo Todas las Noticias de Universidad de Chile Todas las Noticias de Deportes Iquique Todas las Noticias de Palestino Todas las Noticias de Universidad Catolica Todas las Noticias de Unión Española Todas las Noticias de Everton Todas las Noticias de Coquimbo Unido Todas las Noticias de Ñublense Todas las Noticias de Audax Italiano Todas las Noticias de Unión La Calera Todas las Noticias de Huachipato Todas las Noticias de Cobresal Todas las Noticias de O'Higgins Todas las Noticias de Cobreloa Todas las Noticias de Copiapó

La columna de Pelotazo: La tarea no es de Rueda

Chile terminó cuarto en la Copa América y ahora miramos los próximos desafíos

Foto: Archivo La columna de Pelotazo: La tarea no es de Rueda

La Copa América 2019 es historia y Chile tiene que sacar cosas en limpio. La más importante, que los bicampeones de América no tienen jugadores que les peleen el puesto.

En experiencia no lo harán nunca, sin embargo, uno espera que en nivel de juego lo logren en el corto plazo. De aquí a marzo, cuando comienzan las clasificatorias a Qatar 2022.

Reinaldo Rueda cuando asumió en la selección buscó jugadores durante año y medio y lo único que descubrió fue a Gabriel Arias para reemplazar a Claudio Bravo. Porque Erick Pulgar (Sampaoli) y Guillermo Maripan (Pizzi) ya habían sido descubiertos por los antecesores, donde incluso el volante del Bologna llegó a ser campeón con Chile en 2016.

Insisto que ese tiempo fue perdido. Primero, porque la base ya estaba. Una base que quedó fuera de un tercer mundial consecutivo por diferencia de gol. Y segundo, porque la Copa América no era un “objetivo intermedio” como se dijo cuando el colombiano llegó a la Roja, sino un primer objetivo.

Al final esos meses le sirvieron a Rueda para darse cuenta de lo que terminó diciendo en la Copa América: Chile era la única selección sin jugadores sub 23 en el torneo y que en series menores no se clasifica a un Mundial sub 20 hace seis años.

Alguien dirá “pero llevamos dos clasificaciones seguidas a Mundiales Sub 17” y ahí parte el problema. Porque a quien lideró ese logro, Hernán Caputto, lo dejaron partir a Universidad de Chile.

Aquí entramos en un pantano. Héctor Robles fracasó en dos Sudamericanos Sub 20, no lo despidieron, y si partió, fue porque renunció. Caputto, todo lo contrario. Llegó a dos Copas del Mundo y no le renovaron contrato. Ni siquiera se reunieron con él para ofrecerle algo nuevo o al menos para preguntarle cómo se proyectaba en el cargo.

Quedan tres meses y medio para el Mundial de Brasil (sub 17) y la Roja no tiene entrenador. La sub 20 tampoco tiene. Y la sub 23 tiene a Bernardo Redín, que tuvo un Torneo Maurice Revello (Esperanzas de Toulon) para el olvido. En este último caso es importante ver quién es el DT porque en enero próximo hay preolímpico en Colombia, que da dos cupos a Tokio 2020.

No podemos pedir recambio o pedirle a un técnico que busque nuevos jugadores, si lo estamos mandando a buscar agua en el desierto.

Algo bueno que se ha dado en el último tiempo es el del torneo del Fútbol Joven (sub 19). Antes era sectorizado (norte, centro, sur) y eso perjudicaba la competitividad. Ahora hay una Primera A donde juegan todos contra todos y eso permite que los jugadores se enfrenten a los grandes equipos todo el año y no sólo si acaso pasan de ronda.

Sin embargo, no basta. Hay que hincarle el diente a las series menores, y si nuestras selecciones están botadas, incluso ad portas de un mundial, el presente no es un muy alentador.

Si queremos ser exitosos en el futuro, a nivel de clubes y selecciones, necesitamos reaccionar ahora. Porque esto es un proceso y la idea no es esperar 99 años de nuevo para ganar una Copa América (llevamos tres), no es esperar 31 años de nuevo para ganar una Copa Libertadores (llevamos 28) y no es esperar nueve años de nuevo para ganar una Copa Sudamericana (llevamos ocho).

Si no hay cambio, no hay recambio. Hasta ahora aparecen Brayan Cortés (24 años), Maripan (25), Paulo Díaz (24) y Pulgar (25) como opciones para tomar la posta, pero ninguno más joven. Hay trabajo por delante y claramente Rueda no es responsable, más allá que le puedan pedir su opinión.