La columna de Manfred Schwager: El descanso
El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa comenta el desarrollo de los playoffs de la NBA.
En el mejor caso, un equipo de la NBA juega cerca de cien partidos en la temporada: 82 de fase regular, y al menos 16 si logra llegar a las finales. Un encuentro cada dos días, además de traslados y entrenamientos. Y los playoffs duran dos meses, por lo que cualquier ahorro de energía se agradece.
Por lo mismo, hay equipos que ya están sacando ventaja en la postemporada, gracias a que cerraron pronto sus llaves de primera ronda. En el Este es más notorio, donde los semifinalistas de conferencia necesitaron sólo cuatro o cinco partidos para avanzar.
Milwaukee superó a Detroit en cuatro encuentros, acumulando una diferencia de 95 puntos en una serie sin mayores apremios. Su recompensa: cinco días de descanso antes medirse con Boston, que también venció en cuatro partidos a Indiana, y que está encontrando el juego que se espera de los Celtics dado su talentoso plantel. La semana libre que ganaron seguro les vendrá bien.
Toronto y Philadelphia llevan campañas muy parecidas: perdieron el primer partido, ganaron cuatro seguidos, y lograron tres días libres antes de enfrentarse. Los Raptors llegan mejor armados y sin lesiones que lamentar, por lo que tienen una ventaja sobre unos Sixers que aún buscan su mejor versión.
En el Oeste sólo dos equipos pueden estar algo más relajados: Portland y Houston, que también cerraron sus series en cinco partidos, y que esperan por sus oponentes en las semifinales de conferencia.
Los Blazers se sobrepusieron a las barridas que sufrieron en 2017 y 2018, y con Damian Lillard como estandarte dominaron su llave frente a un Oklahoma que nunca estuvo al nivel de su temporada regular. Ahora Portland enfrentará a Denver o San Antonio, en una llave que se definirá en el séptimo partido, hasta ahora el único que veremos en primera ronda.
En Houston se frotan las manos: volvieron a ser el equipo dominante de la temporada pasada, añadieron buenos jugadores de rol para su rotación, y esperan por su rival de semifinales que saldrá entre Golden State y los Clippers.
Los Warriors ya han perdido dos partidos como locales ante Los Angeles, y el recuerdo del 3-1 que derrocharon en las Finales de 2016 volvió a aparecer con fuerza por Oakland. Por si fuera poco, perdieron a DeMarcus Cousins por lesión, salvo Kevin Durant no han tenido un jugador consistente en ataque, y en el quinto partido la defensa simplemente no existió.
Viendo el vaso medio lleno, Golden State todavía tiene dos opciones para ganar la llave ante un equipo duro como los Clippers, por lo que avanzar les dará un envión anímico; viéndolo medio vacío, el bicampeón de la NBA se está demorando mucho en superar al octavo sembrado del Oeste, mientras su mayor amenaza descansa a la espera de tener su revancha.
Los Warriors saben que no son los del año pasado, que cada vez les cuesta más lograr lo que parece natural para uno de los mejores equipos que ha visto la liga. Afortunadamente para ellos, siguen dependiendo de sí mismos para avanzar y conseguir algo de descanso más adelante.