La columna de Manfred Schwager: Atrapa los millones
El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa comenta un tema de actualidad en la NBA.
La NBA reveló los mejores quintetos de esta temporada. Un reconocimiento por el que votan los profesionales de los medios que cubren habitualmente la liga, y donde se escoge a los quince jugadores más destacados que luego componen los tres equipos del año.
The 2018-19 All-NBA First Team! @Giannis_An34 @StephenCurry30 @Yg_Trece @JHarden13
— NBA (@NBA) 23 de mayo de 2019
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Uno de los grandes beneficiados por esta elección es Kemba Walker, ya que activó una cláusula que le permite a Charlotte ofrecerle un contrato a cinco años por un monto hasta el 35 por ciento del tope salarial, justo cuando el base termina su vínculo con ellos.
En simple: Walker puede firmar con un nuevo equipo hasta por cuatro años con un máximo de 141 millones de dólares; si no hubiera sido escogido en uno de los quintetos del año, Charlotte podía ofrecerle cinco años por un total de 190 millones. Ahora, los Hornets pueden darle hasta 221 millones por esos cinco años.
En cambio, Klay Thompson, que también termina contrato en Golden State, no cumple los requisitos y sólo puede optar hasta el 30 por ciento del tope salarial, apenas unos 192 millones por cinco años. Un castigo para un gran jugador, que ya ha ganado tres títulos y va por su quinta final consecutiva en la NBA.
Klay Thompson con los ojos en blanco al no verse en los mejores quintetos de la NBA, puesto que le ha privado de 30 millones de dólares. ¿Como puede dejar Klay eso atrás? Klay: "Anillos."
— Golden State Warriors 💛💙 (@WarriorsEspana) 23 de mayo de 2019
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El problema no es tanto el dinero, que ya reciben bastante en la NBA, sino la forma en que los jugadores pueden activar estas cláusulas: necesitan ser el Jugador Más Valioso, ganar el premio al Jugador Defensivo, o bien integrar uno de los quintetos del año, todos ellos galardones que dependen de los medios.
Si bien la NBA tomó algunas provisiones para que las franquicias no abusen de esta modalidad –como el tope de dos de estos contratos por equipo o que ese jugador debe llevar al menos cinco años con el mismo elenco para ser elegible–, también generó esta arbitrariedad donde los votos de la prensa reconocen el rendimiento individual en un año y un equipo determinado, pero tienen un gran efecto en los contratos a los que los jugadores pueden optar.
Un buen gerente puede construir un gran equipo alrededor de cualquiera de los escogidos este año, pero entre los que quedaron fuera también hay dignos candidatos para esa consideración. Karl-Anthony Towns, por ejemplo, que si logra ordenar sus prioridades debiera ser uno de los referentes en la liga durante la próxima década.
Sin embargo, la NBA diseñó este sistema en que, por proteger los intereses de los equipos que quieren retener a sus figuras, termina perjudicando a algunas de esas mismas figuras. Lo mismo que el mantener la distinción de puestos: cada vez más se aprovecha la flexibilidad de los jugadores en cancha, pero siguen ordenándolos en guardias, delanteros y centros, afectando las posibilidades de ciertos jugadores.
No es el caso de Giannis Antetokounmpo, el alero con estatura de pívot y habilidad de base que también es candidato al MVP, y que se convirtió en elegible para el contrato más grande que haya visto la liga: 247 millones de dólares por cinco años a contar de 2021. Siempre y cuando siga en Milwaukee, y los Bucks quieran ofrecerle todo ese dinero.