La columna de Aldo Schiappacasse: Todas las maldiciones que condenaron a Alemania
El comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa se refiere a la eliminación en primera ronda de los campeones del mundo.
Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS
La maldición de la Copa Confederaciones. Jamás una selección que ganó el torneo oficial previo de la FIFA pudo adjudicarse la Copa del Mundo. Apenas dos monarcas han llegado a la final: Brasil el '98 y Francia el 2006. El resto son sólo fracasos.
La maldición del campeón europeo. En los últimos mundiales se ha seguido a rajatabla de norma. Francia en el 2002, Italia en el 2010, España en el 2014 y Alemania en el 2018 lo han refrendado al quedar eliminados en primera fase tras haber levantado la Copa del Mundo cuatro años antes.
La maldición de Sandro Wagner. El delantero del Bayer Munich fue el más enojado por la marginación de la lista definitiva al mundial. "Renuncio al equipo nacional, está claro que no encajo con este cuerpo técnico por mi manera de ser abierta, directa y sincera. Mentiría si dijera que no estoy decepcionado. Volveré cuando se vaya Löw", dijo poco antes del Mundial.
La maldición de la renovación. Jurgen Klinsmann fue contratado en el 2004 para hacerse cargo de la selección anfitriona, y debido al buen trabajo y los resultados, poco antes de la Copa renovó hasta el 2010. Todo debió revisarse tras la eliminación en semis ante los italianos y se marchó. Low había renovado tras la Copa Confederaciones por cuatro años más, hasta Qatar 2022. Lo más probable es que tras este sonado fracaso su vinculación sea revisada.
La maldición amorosa. Por primera vez en la historia, Alemania celebró la Copa del Mundo del 2014 invitando a las parejas a la cancha. Manuel Neuer, Khedira, Özil, Draxler y el propio Joaquim Löw llegaron a esta Copa del Mundo separados y con nuevos amores.