Columna de Aldo Schiappacasse: Colo Colo, papita pal loro
Revisa la opinión del comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa.
En mi época se decía papita pal loro. Chiripa. Pan comido. El sorteo del grupo 2 de la Copa Libertadores que emparejó a Colo Colo con Atlético Nacional, Bolívar y Delfín de Ecuador debería obligarlos a cambiar el discurso de que la meta es avanzar a segunda ronda, un objetivo que el Cacique no consigue desde hace una década. Porque la fortuna lo favoreció y un análisis lógico, distante de la verborrea insulsa a que nos acostumbra el fútbol indica que, en el peor de los escenarios, los albos deberían ser segundos en esa lucha. Y el resto es humo.
Si quedan eliminados ante los Cetáceos de Manta o el Bolívar, un club que atraviesa por una crisis de gestión que obligó a emigrar a Beñat San José, aun teniendo Copa Libertadores por delante, bajamos la cortina, nos dedicamos a la halterofilia y a otra cosa mariposa.
Distinta cosa es la de la U. A los azules no los favoreció tener un técnico tan pío ni devoto y los dioses volvieron a ensañarse en el sorteo. Cruzeiro, Racing y, eventualmente, Vasco da Gama es ser maldecido por la suerte, porque el camino será tortuoso y complicado. No sólo por el deslavado presente de los clubes chilenos en el comparativo, sino porque clasificar en un grupo de argentinos y brasileños siempre supone un esfuerzo mayor, un crecimiento desbordado, una epopeya total. Y los tiempos no están para eso.
Quiere el destino que a la Libertadores vayan la Universidad de Concepción y Wanderers, dos equipos de la mitad para abajo en la tabla de posiciones del fútbol chileno. Y que deben hacer una ecuación compleja: reforzar el plantel para lo que, eventualmente, podrían ser solo dos partidos internacionales. Como la respuesta la conocemos de sobra, tendrán que esmerarse para abrir el año de la mejor manera posible. Los porteños la tienen más fácil contra Melgar (sólo Perú y Venezuela están bajo nosotros en la tabla internacional) que los del Campanil, que las verán moradas contra el Vasco da Gama.
Everton y Temuco deberían tener más complicaciones logísticas que deportivas para enfrentar a los venezolanos, mientras que el Audax podrá maldecir la llave que los enfrenta al Botafogo, sin anestesia. Y la Unión Española demostró la misma irregularidad en el primer y segundo semestre de este año, con un técnico y un plantel que insinúan siempre más de lo que concretan. Ojalá frente al Sport Huancayo se saquen los balazos.